Educadoras ambientales

Tuesday, April 25, 2006

CURSO DE INICIACION A LA ASTRONOMIA

¡¡¡¡¡Chicas si quereis ver las estrellas no hace falta ir a Holliwood¡¡¡¡¡

FECHAS:
5 - 7 de mayo de 2006

LUGAR:
Abrucena (Almería)

ORGANIZA:
Asociación El Árbol de las Piruletas

PROGRAMA:
VIERNES 5 de Mayo:
22:00 Charla sobre estrellas, constelaciones, galaxias y nebulosas. (Impartida por Antonio Herrera)Observación nocturna del cielo.

SABADO 6 de Mayo:
Mañana: - Itinerario por el Parque Natural de Sierra Nevada- Observación solar.
Tarde:- Taller de Astronomía: elaboración de planisferios y constelación preferida.- Charla de Astrofotografía y telescopios. (Impartida por Fermín Román y Alejandro de la Paz)
Noche: - Charla del Sistema Solar. (Impartida por Thorsten Denk)- Observación nocturna de planetas.

DOMINGO 7 de Mayo:
Mañana: - Charla del tiempo: El Calendario y la hora. (Impartida por Antonio Herrera)
Precio: 70 euros El precio incluye alojamiento y pensión completa en el Aula de Naturaleza, cd con los materiales y fotografías del curso y certificado de asistencia.
Impartido por: Alejandro de la Paz, Antonio Herrera, Fermín Román, Thorsten Denk, miembros de la Asociación Astronómica y Cultural Orión de Almería, www.ruano.com/orion
Lugar de realización: Aula de Naturaleza Paredes. Parque Natural de Sierra Nevada (Abrucena, Almería)

INFORMACIÓN:
Tel: 647590901correo-e: elarboldelaspiruletas@hotmail.com

Wednesday, April 19, 2006

El cabril, un cementerio nuclear

La basura radiactiva de media y baja actividad no se almacena en profundos silos bajo tierra, como muchos piensan. En El Cabril, una finca de la sierra cordobesa donde va a parar el 100% de estos residuos atómicos, el “cementerio” está en la superficie. Cada año, las nueve centrales de energía nuclear o de fisión españolas, los hospitales, las universidades y los laboratorios que generan los desechos envían 3.000 bidones de material contaminado. Una vez allí, éste es clasificado y almacenado en contenedores de hormigón, que se guardan en enormes naves. Como aventuran los responsables de El Cabril, el final de la historia es tan bonito como increíble: dentro de unos pocos años, sobre dichas naves “surgirán” unas suaves colinas donde crecerá un frondoso bosque de encinas y alcornoques. Lo que habrá debajo –para muchos, una bomba de neutrones– será completamente inofensivo transcurridos 300 años, porque sus fatales radiaciones terminarán por desaparecer. Pero el futuro próximo va más allá: con la nueva energía de fusión no habrá residuos radiactivos.

Para llegar al cementerio nuclear de El Cabril, en pleno corazón de la sierra cordobesa de Albarrana (palabra que los árabes traducían por silvestre y alejada), hay que sortear 120 kilómetros a través de una tortuosa carretera. A ambos lados del asfalto, donde hoy dan sombra encinas y alcornoques, asoman, como esperpentos, los restos oxidados de poleas, carros y depósitos abandonados que antaño dieron servicio a las ricas minas de hierro próximas a la vecina Córdoba. Ya en lo alto de la sierra, a las puertas de Hornachuelos, donde aún conservan el viejo castillo de su época califal, un rótulo metálico anuncia, sin más explicaciones, la llegada inminente a nuestro destino: El Cabril, 2 km. A primera vista, no aparenta ser un lugar peligroso. Ni un cartel, ni un símbolo, nada que recuerde que aquí se almacena la basura nuclear que producen las 600 instalaciones radiactivas de toda España. Llama incluso la atención un sembrado de naranjos, a reventar de fruta, que se ve nada más cruzar la verja de entrada. Andrés Guerra, el director, se apresura a dar la primera explicación: “Aquí no se producen residuos radiactivos, como mucha gente piensa. Al contrario. Lo único que hacemos es almacenar, durante un máximo de 300 años, los desechos de baja y media actividad que otros producen”. El tiempo estimado, a juicio de los físicos, para que las radiaciones desaparezcan por completo. En total, 3.000 bidones al año (más de 1.000 metros cúbicos) de escoria sólida procedente, sobre todo, de nueve centrales nucleares (de fisión) que generan el 26% de la electricidad que se consume en nuestro país, y de las que sale el 95% de todos los residuos atómicos. El resto proviene de hospitales, universidades y laboratorios de investigación públicos y privados. Ahora mismo, El Cabril, del que es propietaria la empresa pública Enresa (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos), está a la mitad de su capacidad. Y si el ritmo de almacenamiento se mantiene (recibe un camión al día, 240 al año, tantos como días laborales marca su convenio), alrededor del año 2030 no cabrá un átomo más en su cementerio. Faltarán aún 10 ó 20 años, como mucho, para que la ansiadas centrales nucleares de fusión, infinitamente más limpias que las actuales (ver pág. 17), entren en funcionamiento. Pero hasta que ese momento llegue, la única alternativa para que estos desechos pierdan su toxicidad, consiste, según los científicos, en aislarlos dentro de una especie de celdas de hormigón, fabricadas a prueba de terremotos, y esperar a que las radiaciones se vayan apagando con el paso de los años. 10.47 h. de la mañana. El primer camión del día acaba de entrar. “Trae restos de laboratorios”, afirma rotundo el jefe de infraestructuras, Javier Bris. “Lo habitual”, comenta de pasada, “es que recibamos jeringuillas, sondas y guantes que han sido utilizados en radioterapia, aunque también nos llegan aparatos médicos contaminados, e incluso animales de experimentación muertos que han sido irradiados”. El camino que seguirán antes de ser empaquetados con hormigón es calcado al que recorren los desechos traídos de las centrales nucleares. Primero pasarán a la sala de verificación donde, entre otras cosas, se comprobará si la radiactividad que contienen es la misma que dice el remitente. Un detalle importante, ya que todos los residuos que llegan a este lugar se separan y clasifican de acuerdo a su nivel de radiación. El fin, según Bris, “es tenerlos perfectamente identificados para poder localizarlos con rapidez en caso de accidente”. El silencio es casi monacal en la sala de operaciones de El Cabril. Desde aquí se dirige todo el proceso de traslado y almacenamiento de residuos. En plena faena, la concentración es máxima. Ni siquiera los disparos de la cámara del fotógrafo logran distraer a los cinco operarios que, en ese momento, se disponen a manipular a distancia diversos cargamentos. Uno de ellos tiene en pantalla 18 bidones nucleares, llegados el día anterior desde una central. Valiéndose de una grúa mecánica, intenta introducir los depósitos en un contenedor de hormigón armado. La maniobra, a ojos de un profano, parece extremadamente delicada. Hay que hacerla por control remoto y a una distancia de 50 metros del lugar en el que se encuentra el operario. A su lado, frente a otro monitor en el que se ve, desde diferentes ángulos, una gigantesca grúa, otro técnico se dispone a introducir un enorme cubo de hormigón –de 24 toneladas de peso– en una de las 28 celdas destinadas al almacenamiento definitivo de residuos. La maniobra se realiza nada menos que a 800 metros de distancia de la sala de operaciones. ¿Qué ocurrirá dentro de 26 años, cuando ya no haya espacio en este cementerio nuclear a cielo abierto? En palabras de Andrés Guerra, la solución está tomada desde hace tiempo. “Lo que haremos será cubrirlo totalmente con tierra, sobre la que luego se plantarán árboles y matorrales propios de la zona, de forma que el paisaje no se verá afectado”. Toda la masa de hormigón que quedará sepultada bajo tierra está diseñada para soportar terremotos de muy alta intensidad (de grado 8). Pese a todo, la medida –puesta en práctica en otros países de nuestro entorno, como, por ejemplo, Francia, desde donde se ha importado el modelo de instalación de El Cabril– ha disparado el recelo de los grupos ecologistas. No sólo por “el riesgo de fugas radiactivas”, según la Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (Coda), sino también ante la posibilidad de que el Gobierno, a través de Enresa, decida construir un cementerio de similares características en la Sierra de Albarrana. ¿Lo verían con buenos ojos los ciudadanos? Rumbo a la ampliación. Es conocido que la mayor parte de la opinión pública española estima que la energía nuclear, siendo ya una industria madura, no sabe cómo resolver el problema de sus residuos. “Yo siempre respondo que El Cabril existe porque hay empresas, hospitales y otros muchos centros que necesitan utilizar materiales de origen nuclear. ¿Dónde hay que almacenarlos? Ésta es una decisión que no está en mis manos”, concluye tajante Andrés Guerra. Pese a las críticas, y con el visto bueno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) –encargado de vigilar todas las instalaciones nucleares del país– el pasado mes de octubre, se presentó la ampliación de El Cabril, para que pueda recibir residuos de muy baja actividad, entre 100 y 1.000 veces por debajo de los que actualmente se almacenan en la instalación. Costará nueve millones de euros y, según el jefe del proyecto, Mariano Navarro, de Enresa, al menos una parte de este nuevo cementerio nuclear podría entrar en funcionamiento a principios de 2006. Habrán pasado ya 45 años desde que los primeros bidones con residuos radiactivos empezaron a llegar hasta la finca de El Cabril, donde quedaban depositados en una antigua mina de uranio abandonada. Buena parte de este mineral sirvió para alimentar los delirios guerreros de los militares franquistas, empeñados en que España entrara a formar parte del club de países con bombas atómicas. ¿Se mandaron a El Cabril residuos nucleares procedentes de investigaciones militares de la época? “Desconozco el objetivo de aquel material, es más, ni siquiera sé si estos experimentos se hicieron. Ahora bien, España empieza a producir residuos mucho, muchísimo, antes de que El Cabril actual existiera, aunque parte de ellos fueron traídos al almacén primitivo”. En 1998, las autoridades españolas reconocían, tras una denuncia de Greenpeace, que se había enviado a Estados Unidos una partida de material nuclear de alta actividad que contenía plutonio. A falta de explicaciones más concisas, el portavoz de la organización ecologista en asuntos nucleares, Carlos Bravo, afirmó que dicho plutonio provenía de investigaciones secretas realizadas con fines militares en los años de la dictadura. También sostuvo que la antigua Junta de Energía Nuclear (JEN), hoy Ciemat, contó en tiempos de la dictadura con una planta piloto de reprocesamiento de uranio irradiado –“probablemente diseñada y dirigida por el físico Baldomero López”– con el fin de obtener la materia prima de las bombas: el plutonio. Nadie lo ha desmentido. Ni siquiera el propio Consejo de Seguridad Nuclear, que en 1990 reconoció que en los laboratorios de la JEN, situados en la Ciudad Universitaria de Madrid, habían estado almacenados 280 gramos de este combustible (una cantidad considerable en términos bélicos para fabricar una bomba). Tuvieron que pasar casi tres décadas (29 años exactamente, entre 1961 y 1990) hasta que se puso la primera piedra de lo que hoy es El Cabril. Dos años después, en octubre de 1992, se inauguraba oficialmente. Más de 1.100 hectáreas de superficie, de las cuales sólo 20 están ocupadas: 10 se destinan a laboratorios, oficinas y una fábrica de contenedores de hormigón; en otras 10 hectáreas están ubicados sus dos cementerios, donde hay ya almacenados 25.000 metros cúbicos de basura contaminada, la mitad de su capacidad total. Javier Bris, nuestro ingeniero-guía, no se atreve a pronunciar la palabra accidente. Quizás porque recuerda sus tiempos en la minas de León, donde más de una vez estuvo a punto de perder la vida o de quedarse inútil por confiarse demasiado. “La rutina es el peor enemigo de este trabajo”, dice él. “Un día te fías y...”. Por eso, repite una y otra vez a su gente el mismo credo: nunca hay que bajar la guardia. Aún hoy, y a pesar de llevar más de 30 años conviviendo con el riesgo (más de una década en El Cabril), el corazón se le acelera cada vez que un operario se dispone a manipular, por control remoto, los bidones y contenedores de hormigón cargados de materiales radiactivos. Un mínimo descuido puede dar al traste con horas de preparación. Aunque, como él señala con relativo optimismo, “lo único que perderíamos sería tiempo”, pues todos los depósitos han sido fabricados para soportar incluso movimientos sísmicos. De acuerdo con el último informe oficial sobre la planta, “las dosis máximas recibidas por el personal no han superado nunca valores por encima del 5% con respecto a los límites legales”. Lo cual significa, según se describe en el mismo documento, que la dosis más alta recibida por un trabajador de El Cabril durante un año es netamente inferior a la que recibe una persona cuando se somete a una radiografía de tórax. Sirenas. Llama la atención el despliegue de luces verdes y rojas situadas en los pasillos y a la entrada de cada dependencia. Se trata de sensores que vigilan las 24 horas, todos los días del año, la pureza del aire. En caso de que se produjera una contaminación radiactiva, por pequeña que fuera, los pilotos rojos se dispararían inmediatamente. Laboratorios, salas de carga y descarga... (excepto el cementerio, que se encuentra alejado de estas instalaciones) quedarían sellados automáticamente, para evitar que las radiaciones se colasen hacia otras zonas de la planta o salieran a la atmósfera exterior. “Afortunadamente nunca hemos estado en una situación de alarma”, puntualiza el ingeniero Javier Bris. Sería el turno de los PR, como llaman en El Cabril a los miembros del grupo de Intervención Radiológica. Ellos serían los encargados no sólo de descontaminar las instalaciones, sino también de evacuar, mediante un plan establecido, a todo el personal. No son las únicas medidas de defensa. Bajo las dos plataformas de 10 hectáreas de superficie sobre las que reposan los contenedores de hormigón, discurre una red de túneles trufada de sensores, alarmas y medidores de humedad y calor, sirve de chivato en caso de emergencia. Si se detectase, por ejemplo, alguna filtración de agua procedente de la lluvia, se podrá localizar al momento el lugar de la fisura. Y lo mismo si se produjera una fuga radiactiva. A la salida del laboratorio por donde pasan los residuos antes de ser confinados definitivamente en los nichos de hormigón, una luz verde permanece encendida. Respiramos aliviados. Dos pasos más allá, en medio de un pequeño pasillo, subimos a un aparato con aspecto de báscula. Alguien indica que debemos introducir ambas manos en una especie de manoplas de metal. Es la última prueba para saber si llevamos o no restos de radiación en el cuerpo. La pantalla digital nos tranquiliza: “¡Limpio!”. Sobre El Cabril, en la web de Enresa (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos), www.enresa.es

Tuesday, April 18, 2006

Un cursito de educacion ambiental

Jornadas "Las ciencias y la Educacion ambiental"

Organiza:
Asociación Sectorial de alumnos de Biología de Granada (S.A.B. Granada). Universidad de Granada. Facultad de Ciencias.

Colabora:
Sociedad Granatense de Historia Natural.

Lugar de celebración:
Facultad de Ciencias de la Univ. De Granada.

Fecha de celebración:
Del 20 al 22 de Abril de 2006.

Inscripciones:
Las inscripciones se realizarán en la Sala de Alumnos de la Facultad de Ciencias, en el Punto de Información al Estudiante de Ciencias o en sabia@ugr.es

Cuota de inscripción:
- 20 € para socios de SAB-Granada y de la Sociedad Granatense de Historia Natural.
- 25 € para no socios.

Más informaciónAsociación Sectorial de alumnos de Biología de Granada (S.A.B. Granada) o en sabia@ugr.es

Monday, April 17, 2006

Convocatoria Programa Migres


¿QUÉ ES EL PROGRAMA MIGRES?
Este año se va a desarrollar la décima temporada del Programa Migres de aves planeadoras, un proyecto promovido desde el año 1997 por la Consejería de Medio Ambiente en el marco del Programa de Voluntariado Ambiental de Andalucía. Su objetivo es el conteo directo desde distintos observatorios de la migración de rapaces y cigüeñas a través del Estrecho de Gibraltar, con lo que se pretende contribuir tanto a la conservación de estas especies y del hábitat que atraviesan en sus rutas de desplazamiento como a la difusión pública de la importancia del fenómeno migratorio en la zona.
Durante las nueve temporadas anteriores el proyecto ha sido coordinado por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), contando en los últimos años con la colaboración de la Fundación Migres, entidad que se hace cargo del proyecto a partir de la presente temporada. El fruto de estos años de trabajo ha sido, primero, el diseño de una metodología de trabajo totalmente estandarizada para el seguimiento de las aves y, segundo, los datos recogidos mediante la aplicación de dicha metodología (se cuenta al día de hoy con una serie
temporal de siete años de resultados).
El trabajo de campo es realizado por grupos de observadores voluntarios que, organizados en turnos de 14 días (desde mediados de julio hasta mediados de octubre) cubren la práctica totalidad del periodo migratorio postnupcial de las aves planeadoras. Los voluntarios son personas aficionadas a la ornitología que, o bien tienen experiencia en este tipo de trabajos, o bien poseen conocimientos suficientes para identificar las distintas especies de cigüeñas y rapaces de la Península Ibérica. Independientemente de sus conocimientos previos, todos los voluntarios reciben un cursillo en el que se les introduce en el conocimiento de la zona y en la metodología de trabajo. Este cursillo es impartido por un equipo coordinador formado por tres personas, que es el responsable, entre otras cosas, de la organización diaria del trabajo de los voluntarios.
Cada jornada de trabajo se extiende durante al menos 11 horas. En este tiempo los voluntarios son trasladados, en grupos de 2 ó 3 personas, a una serie de observatorios distribuidos en pleno Parque Natural del Estrecho desde donde realizan los conteos y la identificación de las aves. Tras la jornada de observación, los voluntarios se reúnen con el coordinador para poner en común los datos y solucionar las dudas que puedan haber surgido a lo largo del día.
Los voluntarios participantes podrán también colaborar en el desarrollo del programa MIGRES Marinas, consistente en la observación de aves marinas en migración a través del Estrecho de Gibraltar.
De los 14 días de estancia, uno se dedica al cursillo formativo, otro es libre a elegir por el voluntario (máximo dos voluntarios por día), otro se emplea en conocer el funcionamiento de otros proyectos en la zona (migración de aves marinas, proyectos de reintroducción...) y los once restantes son de trabajo de campo.

¿QUÉ ES EL VOLUNTARIADO AMBIENTAL?

Los Voluntarios Ambientales son personas que individual o colectivamente, de forma altruista y sin ánimo de lucro, dedican parte de su tiempo libre a mejorar el medio ambiente y la promoción de la sostenibilidad. Desde 1995, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, ha impulsado el Programa de Voluntariado Ambiental de Andalucía que en estos doce años ha contado con la participación de más de 28.000 personas voluntarias, en proyectos locales, campos y redes de voluntariado.

¿QUIÉN PUEDE PARTICIPAR?

Los voluntarios pueden ser personas mayores de 18 años de cualquier parte del mundo, que hablen español o inglés y cuenten con conocimientos ornitológicos adecuados.

¿DÓNDE Y CUÁNDO PRESENTAR SOLICITUDES?

La solicitud de preinscripción será tramitada preferentemente por correo electrónico, admitiéndose también el uso de fax o correo ordinario. Se utilizará el modelo adjunto, acompañado de un breve curriculum ornitológico donde se describa tanto la experiencia en trabajos similares como la capacidad para el reconocimiento de especies (no necesario para aquellos que hayan participado en campañas anteriores del Programa Migres) a la siguiente dirección y teléfono:

PROGRAMA MIGRES
Huerta Grande, CN-340 Km. 96 Pelayo
11390 Algeciras, Cádiz
Tel. 956679857 Fax. 956679126
migres.planeadoras@fundacionmigres.org

Asimismo las solicitudes podrán presentarse en el registro de las Delegaciones Provinciales de la Consejería de Medio Ambiente. También podrá realizarse la inscripción electrónica en:
www.juntadeandalucia.es/medioambiente

Por la limitación de plazas existente -12 plazas por turno-, tendrán preferencia las peticiones recibidas antes del 19 de mayo de 2006, y el resto serán contestadas en caso de que hubiera alguna plaza disponible por bajas de última hora. Entre todas las solicitudes recibidas y en función de los datos aportados se realizará la selección de los participantes y la asignación de las fechas de estancia en el Programa.

No será aceptada ninguna inscripción que se pretenda realizar en las instalaciones de la Oficina Migres el mismo día que comienza el turno.

CONDICIONES DE LA INSCRIPCIÓN

La estancia mínima es de un turno completo (14 días) entre el 24 de julio y el 10 de octubre. En principio se asignará un turno por voluntario y, en caso de que quedaran plazas vacantes, quien lo solicite podrá participar en dos turnos. Los turnos previstos para este año 2006 son:

1º) 24 julio-6 agosto;
2º) 6-19 agosto;
3º) 19 agosto-1 septiembre;
4º) 1-14 septiembre;
5º)14-27 septiembre; y
6º) 27 septiembre-10 octubre.

Una vez realizada la selección de los voluntarios, estos recibirán en el mes de junio la confirmación de su periodo de participación. Todos los voluntarios seleccionados recibirán instrucciones detalladas de cómo llegar al lugar de trabajo, un resumen del cursillo de formación y toda la información necesaria acerca del equipo del que han de venir provistos para poder desarrollar su trabajo de la manera más cómoda y efectiva posible.

La participación en el programa incluye los siguientes conceptos:

• Alojamiento durante los 14 días del turno en el Albergue Juvenil "Los Canutos", El Pelayo (Algeciras), en habitaciones compartidas con otros voluntarios, en régimen de pensión completa.
• Actividades formativas y complementarias (relacionadas con anillamiento de paseriformes, migración de aves marinas, avistamiento de cetáceos...)
• Material y transporte para la realización de las tareas.
• Indumentaria del Programa.
• Seguro de Accidentes.
• Certificado de Participación en el Programa Migres.
• Envío de la memoria del Programa Migres.

Los voluntarios seleccionados deberán ingresar antes del 15 de junio la cantidad de 50 euros en concepto de cuota de fianza. No efectuar el ingreso en el plazo indicado, se considerará una renuncia a participar en este programa. La fianza se
devolverá al final de cada turno, una vez concluida la actividad.
Los seleccionados deberán abonar la cuota de fianza, mediante ingreso o
transferencia, en la siguiente cuenta bancaria abierta a nombre de la Fundación Migres:

2098 0346 71 0372004686
correspondiente al la Caja de Ahorros El Monte

MUY IMPORTANTE: Indicar en el resguardo de ingreso el concepto "CUOTA
PROGRAMA MIGRES 2006" y el nombre del participante.
Información sobre el Programa Migres de aves planeadoras en:
http://www.fundacionmigres.org/proyectos.htm
y
http://www.seo.org

Thursday, April 06, 2006

¡¡El eslabon perdido¡¡¡¡¡

6 de abril de 2006, 10h49

Hallado el 'eslabón perdido' entre los peces y los animales de tierra


PARÍS (AFP) - El descubrimiento de unos fósiles de animales mitad peces y mitad tetrápodos en el Ártico canadiense supone hallar el 'eslabón perdido' en la cadena evolutiva entre los peces y los animales capaces de moverse en tierra firme, según dos artículos que este jueves publica la revista científica Nature.Los fósiles de 'Tiktaalik roseae', una especie de pez-cocodrilo plano dotado de aletas articuladas capaces de soportar su cuerpo de más de dos metros de largo, permiten "documentar la secuencia de cambios evolutivos" que desembocó en los vertebrados de cuatro patas, estiman los expertos estadounidenses.
Hasta el descubrimiento de estos fósiles, "el origen de las principales características de los tetrápodos estaba en la sombra", recuerdan Edward Daeschler, de la Academia de las Ciencias Naturales de Filadelfia (EEUU), Neil Shubin, de la Universidad de Chicago, (EEUU) y Farish Jenkins, de la Universidad de Harvard (EEUU).
El 'Tiktaalik' vivía al norte de lo que entonces era el continente euroamericano, en un clima entre el subtropical y el tropical. Se cree que evolucionó en aguas fluviales lentas y poco profundas. En la evolución, el 'Tiktaalik' viene después del 'Panderichthys' y antes de los 'Acanthostega' y 'Ichthyostega', que los científicos sitúan unos 365 millones de años atrás.
Los fósiles descubiertos datarían de hace unos 375 millones de años. Los tetrápodos, vertebrados entre los que, por ejemplo, se clasifica hoy a los reptiles y a los anfibios, se adaptaron a la vida terrestre gracias a sus dos pares de miembros motrices, derivados de las aletas.

Tuesday, April 04, 2006

Empresas potencialmente mas contaminantes de España

Las empresas potencialmente mas contaminantes del territorio español se hallan, segun Greenpeace, en las siguientes zonas:

1.- Almaden (Ciudad Real), donde existe un autentico vertedero de doce mil toneladas de residuos extremadamente tóxicos.
2.- Flix, en Tarragona, es una zona que soporta quince puntos de vertido de sustancias tóxicas al rio Ebro provenientes de una empresa de productos clorados. Sin ir mas lejos, el 24 de enero de 1996, una fuga de 6 tm. de cloro causó la alarma en la población, fue el escape de este elemento mas grave ocurrido en Europa. En aquel entonces, la fiscalia pidió 36 años de carcel para sus directivos y 3.000 millones de pesetas de multa. No obstante, segun la misma fuente, la empresa ha vertido durante años al Ebro productos tan tóxicos como el DDT o los PCBs, que se relacionaron con la mortandad masiva de delfines en el Mediterraneo.
3. Vilasec, tambien en Tarragona, recibe los vertidos al suelo de residuos tóxicos contaminados con disolvenles , metales pesados y las temidas dioxinas procedentes de una fabrica que produce plastico clorado PVC. Las organizaciones ecologistas sostienen que esta empresa arrojo durante años toneladas de residuos en un descampado de la zona. Tras la denuncia de Greenpeace, los analisis de la Generalitat muestran niveles de contaminación tan espectacularmente altos que sólo se conocen dos casos mas elevados en todo el planeta.
4.- Huelva, donde el conjunto del Polo Petroquimico resulta un autentico museo de los horrores ecologicos. Los contenidos de cobre, promo y zinc hallados en su estuario son los mas altos del mundo. Aunque es dificil elegir entre los causantes de la catastrofe medioambiental, la papelera destaca por los niveles de contaminacion y elementos que arroja a las aguas. En la ria se registran vertidos con organoclorados, empleados en el blanqueo de la pasta de papel
5.-Martorell, en Barcelona. Por una parte, cuenta con una fabrica de PVC que ha sido condenada por verter dioxinas y sustancias cloradas al rio Llobregat. Por otra, tiene varias incineradoras en tan precario estado que, segun Greenpeace, emiten sustancias tóxicas al medio ambiente.
6.- Portman, en Murcia, presenta toda la zona anegada por vertidos de residuos con alta concentración de metales pesados, supuestamenle procedentes de una empresa minera.
7.- Euskadi. Ademas de los residuos depositados en las margenes del Nervión, procedentes de las acerias, la contaminacidn por vertidos de lindane resulta alarmante en otros quince puntos, entre los que destacan Barakaldo y Erandio. La produccidn durante años de este peligroso elemento en la factoria de Bilbao Chemical -hoy cerrada- ha dejado una herencia de miles de toneladas de residuos altamente tóxicos. Desgraciadamente, el lindane se sigue utilizando en España, incluso por el Organismo de Parques Nacionales. Asimismo en Zaramillo (Vizcaya), una empresa continua con la producción y comercialización de CFCs clorofluorocarbonos-, responsables de la destrucción de la capa de ozono, pese a tratarse de una achvidad prohibida en Europa desde 1994.
8.- Sabiñánigo (Huesca), donde la ahora cerrada empresa Inquinosa ha dejado como huella maldita vertidos de miles de toneladas de lindane.
9.-Pontevedra es otra zona que registra en su ria unos niveles elevadisimos de contaminacidn, debidos, entre otros elementos, al cloro que vierte la papelera. 10.- Zaragoza Aparte de la fabrica de papel que vierte organoclorados al rio Gallego de hecho, ya ha sido condenada por delito ecológico, se ha producido la primera incautación de CFCs ilegales en una empresa.